Está dentro de la clasificación de panes finos y exquisitos que reservamos para una ocasión especial. Por ejemplo, para acompañar una mesa de quesos o fiambres. Será el comentario de todos.
Cantidad: 2 panes
INGREDIENTES
✔ 1/2kg de harina tres 000 (500gramos / 4 tazas y dos cucharadas) – de no disponer de esta harina, utilizar la que consigan.
✔ 40 gramos de levadura fresca o 1 y ¼ cucharada de levadura en polvo o granulada
✔ 2 cucharaditas de sal
✔ 1 cucharada de azúcar
✔ 250 gramos de queso roquefort
✔ 1 cebolla mediana picada
✔ 1 cucharada de mantequilla
✔ 1 cucharada de aceite
✔ 5 huevos
✔ 50 gramos de nueces picadas
✔ 100 gramos de ciruelas pasas previamente picadas y maceradas en coñac unas horas
✔ 2 tazas / 500 cc. de crema de leche (nata)
PREPARACIÓN
Poner en un bol, la harina, sal y azúcar. Reservar.
Poner a macerar las ciruelas en coñac y escurrirlas.
Aparte, pisar bien el queso roquefort.
Rehogar las cebollas picadas con una cucharada de mantequilla y de aceite y agregárselas al queso.
Agregar de a uno los huevos siempre revolviendo.
Luego las nueces picadas y las ciruelas tiernizadas y picadas.
Agregar la levadura y mezclar.
Y por último la mezcla de harina intercalando con la crema de leche.
Revolver hasta formar una masa que se desprenda del bol y volcarla en la mesa enharinada.
Comenzar a amasarla hasta que la masa quede lisa, elástica y ya no se pegue ni en las manos ni en la mesa. Si la masa quedara demasiado blanda agregarle un poco más de harina pero recuerden que las masas de levadura deben ser tiernas.
Formar un bollo y colocarlo en un recipiente donde la masa esté cómoda y pueda levar cómodamente hasta duplicar su tamaño.
El tiempo que puede llevar el levado varía de acuerdo a la temperatura ambiente del lugar.
A mayor temperatura menor tiempo de levado. Entre 30 y 45 minutos podrá llevar el proceso.
Enmantecar o aceitar dos moldes de budín.
Una vez levada la masa se vuelca sobre la mesa y se mueve un poco para ayudar a retirar el aire que se formó y que retorne a su volumen inicial.
Dividir la masa en dos partes iguales y colocarlas en los moldes
Cubrirlos con un paño y dejarlos levar hasta que llegue casi al borde del molde.
Cocinarlos en un horno suave de 170º hasta que estén bien inflados.
Luego aumentar la temperatura a 185º y terminar de cocinarlos.
Retirarlos y una vez apenas tibios colocarlos un rato en el congelador para que tomen una consistencia más firme y así poder cortarlos en rodajas más fácilmente.
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